Cuando terminó de peinar la raya estuvo veinte minutos mirándola, trataba de razonar si no era suficiente o solamente seria una mas y basta; miraba esa línea blanca en el mármol negro como un niño mira el naranju en pleno diciembre a la salida del colegio.
De tanto en tanto dejaba ver sus vicios mejor escondidos, siempre se jacto de ser una mina inteligente, a mi me gustaba, y si, lo confieso, en cierta forma me había hecho amiga de ella por esa razón, es que era increíble, me encantaba escucharla hablar, tenia una vos chillona pero dulce, sus ojos marrones amielados y su boca carnosa eran perfectos, me había enamorado de ella.
Por eso cuando me invitaba a jugar a las maquinitas al casino yo iba, y así me volví una loca de las mierdas esas, las lucecitas y ese sonido que no para de confundir y marear, pero que al mismo tiempo para no oírlo la única formula que yo encontré es poner monedas en alguna maquina y arrancar a jugar, me perdía, Y ya que estaba la perdía a ella, que solamente jugaba veinticinco pesos y si no ganaba se retiraba, y se quedaba sentada en la barra esperándome, mientras sacaba teléfonos a tipos que nunca llamaba.
Es enigmática, dueña de un humor negrísimo, no se si alguna vez me vera con otros ojos, ama al genero opuesto, le gusta la pija mas que el chupetín con chicle, sin embargo no tiene parejas, o por lo menos yo no le conocí ninguna, todos los hombres que le conocí aparecen una noche y nunca mas, del tema ella no habla y nosotras tampoco.
Me duele haber sido yo la que lleve la primera bolsa, igual que me iba a imaginar esto, ella siempre fue muy controlada.
Recuerdo el primer día, Fabiana peinaba tres rayas iguales, me acuerdo de mi nervio porque sean iguales, me acuerdo de mi ansiedad porque la bolsa este siempre llena, y también me acuerdo del miedo y la culpa recorriendo mi espalda, hasta el momento del primer saque, es como si ése te quitara todas esas sensaciones que no te dejas respirar, y el cigarrillo que te prendes luego, la primera calada, el humo entrando a la garganta y la sensación artificial de que esta todo bien mientras hablas de sinsentidos con amigos, tomas unas cervezas y charlas hasta la mañana siguiente sin salir de tu casa, un horror.
Así pasamos un año, de jueves a domingo, pero en ese ínterin de noches interminables y excesos Fabiana quedo embarazada, entonces, de mutuo acuerdo, las tres nos propusimos no seguir con ese rollo. Ni Fabi ni yo nos dimos cuenta que ella siguió tomando sola, me entere de la manera mas extraña, yo, que siempre había estado pendiente de ella, no había podido ver que estaba tan mal. Jeremías me llama un día preguntándome por ella, quería saber si le pasaba algo porque hacia varios días que no iba a trabajar. Y entonces supuse lo peor y no erré.
La internamos, conoció a un chico, creo que se enamoro, pero nunca le pidió el teléfono. Entonces cuando salio de la clínica no lo pudo llamar para contarle que iba a ser mama, tampoco lo busco, ni volvió a la clínica para pedir información de el, hablamos mucho de este tema las tres, Fabiana le decía que no era nada fácil criar un bebe sola, pero ella como si nada, no nos dio nunca ni una explicación, no hizo nada por encontrarlo, decidió seguir adelante con el embarazo sola.
Entonces un día me suena el teléfono, y era otra vez Jeremías.
Por seguridad las tres teníamos llaves de nuestras casas, pero siempre llamábamos antes de entrar, esta vez no lo hice, entre directamente, recorrí el pasillo que va a la cocina, el olor a tabaco del ambiente era tremendo, al terminar el pasillo abrí la puerta y ahí la vi., la nariz chorreando de días de no parar, su panza enorme y redondita, casi perfecta y los ojos oscuros y cristalizados, la vi.
Sol en piscis
Hace 15 años