5 de agosto de 2008

EL SECUESTRO

Ella había dedicado mas tiempo del que tenia en escuchar cosas que ya no quería escuchar nunca mas, decidió que a partir de ese día seria sorda a todas las cosas que el hombre que le quitaba el sueño le contaba que no podía dejar, entre esas cosas estaba su mujer, decidió decirle todo a él, a ese amigo que durante varios años había compartido con ella cosas buenas, menos buenas y malas.
Se miró al espejo y corrigió las imperfecciones de su cara, como si él nunca la hubiese visto sin maquillaje, igualmente logro verse mucho mas hermosa, se vistió provocadora, con un escote en v profundo y unos chupines complicados, las botas por encima del pantalón, y un pañuelo de seda rojo, puesto en su cuello como por casualidad, que acariciaba su pelo y dejaba a su paso el perfume de su cuerpo.
Se miró al espejo, vió lo que deseaba ver, y con un grado de seguridad pocas veces visto en una mujer, tomo sus llaves y salió a su encuentro.
Mientras esperaba el ascensor se prendió un pucho, vio el rush en la boquilla y sonrió, hacia mucho tiempo que no se arreglaba para gustarle a alguien, se sentía flotar, y podía percibir que de su espalda emanaba halos de libido que dejaba a su paso, bajó los cinco pisos que separaban la entrada del edificio de su departamento, y luego de saludar a una vecina que justo entraba, se coloco los lentes de sol, abrió la puerta y salió.
Una capucha de arpillera se desplomo en su cabeza, le ataron las manos y le advirtieron, callada o te mato, acto seguido la subieron a un automóvil y luego de eso la nada.
Un golpe seco en la cabeza la dejo inconciente, cuando despertó estaba desnuda, atada de pies y manos a una cama, el lugar era horroroso, se veían en las paredes rasguños, sangre y señales de que ya nada seria lo mismo en su vida, si es que seguía después de este episodio poco feliz.
Chequeo su cuerpo, quería saber cual era el daño hasta ahora, no sintió nada extraño, a no ser por el dolor de cabeza, propio de semejante golpe, el resto parecía en su lugar. El olor a humedad era tremendo, pensó por que ella había terminado ahí, que había hecho, si es que había hecho algo, analizó minuciosamente la situación, ella no salía casi nunca a esa hora, esto había sido al azahar, con tanta mala suerte que justo le toco a ella, sintió que su cabeza estallaba de dolor, no quería gritar por esto de que los secuestradores la escuchen y aparezcan para violarla o matarla, pensó que si con cuidado iba tratando de desatarse lograría escapar, pero era imposible, tenia hecho unos nudos que a medida que ella tiraba se ajustaban mas.
No escuchaba ruidos, en donde estaba había un silencio sepulcral, pensó en su declaración de amor, ella quería ver a ese chico y termino así, no lo podía creer, pensó en la mala leche que tenia en reglas generales en la vida, que siempre que quería algo le pasaba otra cosa, imagino a su amigo esperándola en el bar donde lo había citado, puso en práctica la regla de atracción y se vio en un bar con el. Ella lo miró a los ojos y le dijo todo con su pie por debajo de la mesa, el se sobresalto y la miró fijo, ella solamente se quito el pañuelo del cuello y lo apoyó sobre el respaldo de la silla de madera, luego lo miro y se hizo un nudo con el pelo, a la manera de un rodetón, dejando ver su cuello limpio, el le miro los labios y le dijo, “me estas calentando”…, ella le contesto “ de eso se trata”…., el se paro de la silla, estaba al palo, dio la vuelta alrededor de la mesa y le rompió la boca de un beso.
Se había calentado, y lo peor es que estaba mojada, si sus secuestradores venían se iban a dar cuenta, quería matarse por haber pensado en la puta ley, odió haber decidido ese día para que todo lo que ella soñaba pasara, lloró hasta que sus ojos se cerraron de dolor y se durmió.
Despertó en la misma posición, nadie había pasado por allí, no tenia noción del tiempo, tenia acalambrados los brazos y las piernas, imaginó que le traerían agua o comida, que ella les preguntaría que querían, que les contaría que tenia guardado solamente trescientos dólares en la cajita de metal que estaba donde guarda la ropa interior, que podían llamar a su amigo que tenia plata y el les daría, imagino que les pedirían que no la violen, ella tenia terror de ser violada.
Pensó que él la vendría a buscar, que seguramente como ella no apareció, la había llamado al celular, al no atender la habría ido a buscar y al no encontrarla habría dado parte a la policía, seguramente la vendrían a buscar en cualquier momento.
Imagino que con todo esto que estaba pasándole el se conmovería y dejaría rápidamente a su esposa, que de seguro desearía ayudarla, y mas cuando supiera que ella estaba enamorada de el, que ella había salido de su casa para ir a decirle todo a él.
Estaba segura que convencería a los secuestradores que no la maten, que algo de lo que ella tenia seguramente a ellos les serviría, decidió que cuando escuchara abrir la puerta cerraría los ojos, no los vería nunca, porque de esa manera si venían sin algo en la cara para taparse, no la tendrían que matar por haberlos visto, además seria obediente, haría todo lo que ellos le pidan, de tanto pensar empezó a faltarle el aire, trato de relajarse pero fue complicado.
En varios días nadie apareció, ella siguió allí, atada, hasta que un día casi inconciente, deshidratada, cagada y meada encima, decidió dejarse morir.
Unas horas mas tarde la policía la encontró, muerta.
Al día siguiente los titulares de los diarios decían, “se encontró la chica desaparecida hace 25 días en el barrio de Boedo…., la policía investiga el caso del secuestro de la joven, nadie sabe por que los secuestradores la abandonaron….”.